¿QUE ES?
La epífora es conocida como "lagrimeo" y se produce por numerosas razones, entre las más frecuentes por obstrucción de las vías lagrimales. Esta obstrucción puede ser congénita, desde el nacimiento o adquirida en la edad adulta.
Cuando la obstrucción es CONGÉNITA la localización más frecuente de obstrucción es a nivel inferior, en el meato inferior, es decir, en la desembocadura del conducto lácrimonasal en la nariz. La frecuencia de esta entidad se sitúa entre el 5-10% de los recién nacidos. En el niño se aprecia un lagrimeo constante con numerosas secreciones, conjuntivitis e incluso dacriocistitis de repetición. Se requiere en numerosas opciones el tratamiento antibiótico tópico e incluso general en los procesos más severos.
En los primeros 6 meses de vida es efectivo la realización de masajes en la zona del saco lagrimal asociando medidas de higiene y tratamiento antibiótico cuando se precisa. Si a los 7-10 mes de edad persiste el lagrimeo con secreción constante, es conveniente practicar un Sondaje de la vía lagrimal. Esta técnica puede ser repetida y si a pesar de ello persiste la obstrucción, se ha de practicar una Dacriocistorinostomía, aunque no es recomendable su realización antes de e los 2-3 años de edad.
La obstrucción ADQUIRIDA DEL ADULTO es debida a números causas como secundaria a procesos inflamatoria crónicos, traumatismos que afectada a lavía lagrimal, etc. La localización de la obstrucción es también variable y puede ir desde el mismo punto lagrimal localizado en el borde de los párpados hasta la desembocadura de la vía lagrimal en la nariz. De esta forma, procesos localizados en la nariz como rinitis, pólipos, hipertrofia de cornetes y desviaciones del tabique pueden provocarla.